Desde que se aprobó la Constitución boliviana de 2009 la interculturalidad tomó una nueva dimensión. Lo que durante, podría decirse, siglos había sido una realidad de facto en el país se convirtió también en un reconocimiento constitucional y una política de Estado. Los saberes ancestrales no solo eran recuperados sino también puestos en valor. Este proceso ha tenido especial importancia en dos grandes ámbitos, pilares de toda sociedad: la educación y la salud. Este reportaje habla sobre uno de ellos. En una historia de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) nos acercamos a un Patacamaya, un municipio a escasos cien kilómetros de la ciudad de La Paz. Territorio profundo aymara.
El Hospital Boliviano Español Patacamaya (HBEP) forma parte de la Red de Salud N°12 del Ministerio de Salud del Estado Plurinacional de Bolivia. Este hospital supone una destacada experiencia en salud intercultural desarrollada por la ONGD Médicos del Mundo y la ONGD Medicus Mundi, con apoyo de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID).
Dicho Hospital funciona como establecimiento de segundo nivel de atención y es un referente en procesos de interculturalidad en salud, destacando en su experiencia la articulación entre medicina académica y tradicional, así como la atención materna en salas de parto acondicionadas culturalmente.
Desde el año 2002 se inició en el hospital un proceso de adecuación cultural de la atención del parto, a partir de contar el Municipio de Patacamaya con una población del 90% Aymara, y mostrar una baja demanda de atención del parto institucional.
El apoyo de la Cooperación Española al HBEP ha sido sostenido desde su creación, primero directamente a través de AECID, después con la ONGD Medicus Mundi y ahora con Médicos del Mundo.
Paulatinamente ha ido madurando una estrategia de interculturalidad que ha permitido el diálogo entre personal de salud y médicos tradicionales, implementándose en el mismo hospital un consultorio de medicina tradicional.
Ha ido madurando una estrategia de interculturalidad que ha permitido el diálogo entre personal de salud y médicos tradicionales
Hacia el año 2006 después de realizar algunos cambios en la sala de internación común, porque no se contaba con el equipamiento adecuado, empezó a funcionar la primera sala de partos. Siendo notoria la demanda de una atención diferenciada es sentida por las usuarias y el personal de salud, estos últimos van internalizando una atención que se adecué a los requerimientos culturales de las familias.
En noviembre del 2008 se inauguró una sala de parto con adecuación cultural, con fondos de la municipalidad de Patacamaya y del primer Convenio de la AECID con Médicos del Mundo, buscando contribuir en la mejora de la calidad de atención materna, dentro de un proceso de articulación y fortalecimiento de la nueva política pública Salud Familiar Comunitaria Intercultural (SAFCI). Dicha sala cuenta con algunas características que propician un “parto caliente”, tal como lo requieren las usuarias. Es decir, abrigado, privado, donde sus acompañantes también puedan descansar y preparar las infusiones o la alimentación para la mujer que ha dado a luz.
En cuanto a las posibilidades de elegir la posición del parto, se dispone de una cama de madera con un sistema de barras en la cabecera, así la mujer puede sujetarse durante la labor del parto, igualmente la sala cuenta con otras alternativas si el parto fuera vertical, como barras de sujeción, colchoneta y un banquito. Por tanto se oferta la libre elección de la posición, de tal manera que la mujer se sienta cómoda durante su parto.
A partir de entonces se impulsó la estrategia de atención con enfoque intercultural, promoviendo procesos de organización de las parteras tradicionales de la zona, así como encuentros de interacción entre el personal de salud biomédico y las parteras, propiciando la sensibilización del personal de salud académico en cuanto a la interculturalidad en salud y específicamente en cuanto a la internalización de conceptos y prácticas andinas en salud materna.
Las parteras, desde el año 2009, comenzaron a realizar atención de partos de forma conjunta con el personal de salud del hospital. El esquema es que cada partera hace turnos de 24 horas en el hospital de forma “ad honoren” y de manera rotativa entre ellas, oscilando entre dos a cuatro el número de parteras que tienen presencia en el hospital. En ese sentido se está trabajando para que el municipio considere un mecanismo de remuneración de las mismas. En el esquema de funcionamiento de la sala, la idea es que la parturienta se quede al menos 24 horas en ella.
Desde la inauguración de la sala en noviembre de 2008, el personal de salud comenzó a registrar los partos institucionalmente, sin embargo para la visibilización de los partos atendidos en esta sala con adecuación se diseñó un cuaderno de registro que incluye además la recolección de diferentes variables que caracterizan la atención en esta salud. Dicho instrumento se implementó oficialmente como cuaderno de registro del hospital desde mediados del mes de marzo del año 2010.