Argentina tiene un alto compromiso con la equidad de género y con el empoderamiento político, social y económico de las mujeres. Es una prioridad en la agenda de políticas públicas y en la política exterior. Nuestro país reconoce el papel fundamental de las mujeres como agentes de cambio para alcanzar el desarrollo sostenible. Es un tema relevante para los derechos humanos de las mujeres y esencial para construir sociedades pacíficas, prósperas e inclusivas.
El empoderamiento y los derechos de las mujeres son temas de relevancia en un número creciente de foros y organizaciones internacionales, de naturaleza económica y financiera. Esto agrega nuevas perspectivas al enfoque de los derechos de las mujeres y también es una señal de que realmente estamos avanzando en la integración de la igualdad de género en todas las esferas de la vida social, política y económica.
En cierto modo, este proceso de expansión es una consecuencia de las conquistas alcanzadas, como el derecho a votar y a participar activamente en la vida política y pública, por nombrar algunas de ellas, para las cuales los instrumentos internacionales de derechos humanos como la Convención para la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW) y otros han sido los pilares.
Desafíos pendientes
Con la creciente toma de conciencia acerca de la contribución que las mujeres hacen a la economía y a la sociedad y su centralidad para el logro no solo de los ODS 5 sino de muchos otros Objetivos de Desarrollo Sostenible establecidos en la Agenda 2030, quedan en evidencia los obstáculos y las barreras que todavía hay que superar.
En América Latina y el Caribe, una de cada tres mujeres no tiene ingresos por su cuenta y una de cada cuatro gana menos que el salario mínimo (Comisión Económica de las Naciones Unidas para América Latina y el Caribe).
En Argentina, una encuesta de la Confederación de la Mediana Empresa (CAME) de 2018 muestra que la actividad empresarial comprende en un 19% a los hombres y en un 13% a las mujeres. En actividades como el comercio y las pequeñas empresas, las mujeres son propietarias y administradoras solo del 30% de las empresas.
Estamos convencidos de la necesidad de contar con la colaboración de más hombres en lo que respecta al debate sobre la igualdad de género y el empoderamiento económico de las mujeres.
En nuestro país aún enfrentamos una brecha salarial de género del 27 por ciento (12 puntos por encima del promedio regional). En este sentido, a pesar de que nuestra Constitución y nuestras leyes reconocen la igualdad de remuneración por un trabajo de igual valor, Argentina tiene una gran brecha entre lo que ganan hombres y mujeres en promedio.
En cuanto a cómo abordar estos desafíos, creemos que se requiere de una combinación de políticas activas, reformas legales y organizativas, provisión de infraestructura y educación para que las transformaciones sociales realmente tengan lugar.
Estamos convencidos de la necesidad de contar con la colaboración de más hombres en lo que respecta al debate sobre la igualdad de género y el empoderamiento económico de las mujeres.
Inclusión digital
Un aspecto fundamental para el empoderamiento económico de las mujeres es la promoción de políticas públicas destinadas al cierre de la brecha digital de género, como el Plan 111mil de los Ministerios de Producción y Trabajo y de Modernización.
La inclusión digital es una ventaja competitiva para cualquier país. Es por eso que las mujeres no deben quedar al margen de los avances en tecnología. El cierre de la brecha digital de género mejoraría el impacto de las nuevas tecnologías en la reducción de los desequilibrios socioeconómicos y permitiría crear empleos para las mujeres en los sectores más dinámicos de la economía.
Para lograr una mayor inserción de las mujeres en la economía digital, es necesario fomentar la participación de las niñas y las mujeres en la educación relacionada con la Ciencia, la Tecnología, la Ingeniería y las Matemáticas (STEM).
El cierre de la brecha digital de género mejoraría el impacto de las nuevas tecnologías en la reducción de los desequilibrios socioeconómicos y permitiría crear empleos para las mujeres en los sectores más dinámicos de la economía.
Desde la Cancillería trabajamos en el empoderamiento económico de las mujeres a través de la negociación de Acuerdos comerciales, Declaraciones con organismos internacionales y promovemos programas nacionales en este sentido, como por ejemplo, el Primer Acuerdo Comercial bilateral con Chile que incluye un capítulo sobre género; la Declaración de Buenos Aires sobre la Mujer y el Comercio de la OMC, que apoya el aumento de la participación de las mujeres en el comercio y el Programa “Mujeres Exportadoras” de la Agencia Argentina de Promoción de Inversiones y Comercio para alentar la participación de las mujeres argentinas en el comercio internacional.
También suscribimos la Recomendación de la OCDE del Consejo sobre la igualdad de género en la educación, el empleo y el espíritu empresarial e integramos la Red Informal del Índice de Instituciones Sociales y Género (SIGI), lo que permite un mayor intercambio de información con las agencias oficiales vinculadas a las políticas de género, así como también procesos de validación de datos. La Unidad de Derechos de las Mujeres de la Dirección de Derechos Humanos y Temas de Género de la Cancillería es su Punto Focal.
Destacamos asimismo que Argentina, desde la Presidencia del G20, incluyó la incorporación de la transversalización de la perspectiva de género para cerrar la brecha de existente en los temas de comercio e inversión.
La única forma de lograr un desarrollo verdaderamente justo y sostenible es garantizar que las mujeres y los hombres obtengan iguales beneficios.
[box] Fuente: Unidad Derechos de las Mujeres. Dirección de Derechos Humanos y Temas de Género. Gobierno de la República Argentina.[/box]