Infografía: Diferencias entre un basural y un relleno sanitario
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Originally published by the Jamaican Observer. OVER 9,000km from her native Bulgaria, World Bank Country Manager Galina Sotirova is steeped in the challenges and opportunities of developing nations like Jamaica. Sotirova joined the bank in 1994 as a human development specialist and was a former country manager in Burkina Faso, and country operations advisor for the Caribbean before moving to Jamaica in July 2015. She also worked in Nigeria, Macedonia and Poland, the Ukraine, Belarus and Russia. Her on-the-job experiences have included working in specialist areas like pension reform and health, and she has lived in countries where there was “constant turmoil and social unrest, shootings and coups”. Her graduate degrees in international relations, economics and public policy from the University of Sofia, Johns Hopkins University SAIS, and the London School of Economics prepared her technically, but it is her “hands-on work in social and economic development that is most fulfilling”, she confesses. Sotirova says that her current position in Jamaica allows her to “contribute to an overall programme that the bank has for a country rather than a particular sector — to work with governments and stakeholders to develop strategies based on issues being faced”. A major focus of the country strategy for Jamaica, she said, is growth and the reduction of vulnerabilities, hence projects that seek to increase youth employment and empowerment, reduction of crime and enhanced safety. But, she says, the World Bank does not simply design and implement projects and not look back. “We are constantly evaluating our project results and asking pertinent questions — are we doing the right thing? Is there something we need to be doing more of? We’re constantly looking for the best model.”
¿Qué tienen en común Colombia, Ruanda, Burundi y Etiopía? A primera vista, nada, pero estos cuatro países están entre los principales productores de café en el mundo. Y en los últimos años han intercambiado experiencias para producir un grano de más sabor, a la vez que cuidan el medioambiente y hacen que los cultivos sean sostenibles en el largo plazo. Esto es solo un ejemplo de lo que se puede lograr a través de la cooperación Sur-Sur, ese intercambio de conocimiento entre Estados que permite compartir y replicar experiencias, generando un aumento en sus capacidades institucionales. Pero, ¿puede realmente esto resolver los problemas relacionados a la pobreza y al desarrollo económico? Los países participantes de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cooperación Técnica entre los Países en Desarrollo aprobaron en 1978 un plan de acción que buscaba resolver esa incógnita. Las naciones instaron a promover la cooperación técnica entre los países del Sur, lo cual potenciaría, de forma sostenible, el crecimiento económico de la región. La posibilidad de asistencia entre países tan disímiles y con realidades tan complejas parecía un inmenso desafío. Sin embargo, y a pesar de la gran diversidad de culturas, climas y tradiciones que recorren el Sur global, los estados hablan un mismo idioma a la hora de promover su desarrollo sustentable. Con la ayuda de instituciones internacionales como el Banco Mundial, la OCDE y Naciones Unidas (entre otros), se ha mejorado la eficiencia de estos programas a través del acceso a la financiación y a recursos técnicos especializados. Hoy, en el día internacional de la Cooperación Sur-Sur, las enseñanzas y aprendizajes entre diferentes naciones siguen generando conocimiento. Tan solo en los últimos 7 años, el Banco Mundial ha auspiciado 216 programas de cooperación por casi 14 millones de dólares. A su vez, agencias de las Naciones Unidas como la OIT, el PNUD y el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola destinan importantes recursos económicos para fomentar el intercambio entre este grupo de países. También, actores estatales destinan una parte de su presupuesto para este tipo de cooperación: India dedicó entre 2012 y 2017 alrededor de 15.000 millones de dólares para la ayuda de Estados en desarrollo. Con el apoyo de las instituciones internacionales, la cooperación Sur-Sur se ha convertido en un mecanismo para hacer frente “desde adentro” a los retos del desarrollo. Las habilidades y soluciones que proponen este conjunto de países resultan más fáciles de replicar para sus socios y pares. A la vez que se mejoran los indicadores económicos, se genera un vínculo de aprendizaje mutuo y se posibilita compartir experiencias positivas y soluciones. A lo largo de estas casi cuatro décadas, los proyectos de colaboración han abarcado una gran diversidad de temas. Por ejemplo, en 2014 los gobiernos de Argentina y Uruguay trabajaron en conjunto con los funcionarios de Marruecos para mejorar el estado de sus rutas y caminos, formulando un conjunto de buenas prácticas a implementar con el fin de reducir costos de transporte. De esta manera, la economía marroquí potenció su acceso a los mercados y a los servicios, aumentando el nivel de empleo y fortaleciendo la economía del país. Gracias a este intercambio, las exportaciones de Marruecos cuentan con ventajas similares a las que tiene el transporte de productos agropecuarios rioplatenses, al tiempo que se mejora la calidad de vida de los habitantes y se propician nuevas oportunidades económicas. Estos acuerdos de intercambio y cooperación también se dan ante tendencias que afectan a todo el planeta, como la automatización en el mercado laboral. Los gobiernos de Colombia y México han trabajado junto con las autoridades de Nicaragua para avanzar hacia la transformación económica y social del país, a través de la promoción de la ciencia, tecnología, innovación y emprendedurismo. Al mismo tiempo que se desarrollan proyectos de infraestructura digital con la ayuda del Banco Mundial, este intercambio de conocimiento busca impulsar el sector tecnológico nicaragüense generando un crecimiento sostenible mientras a través de un incremento de la productividad, competitividad y la creación de empleos de calidad. Así, oficiales nicaragüenses se capacitan en el desarrollo de oportunidades de incentivos a este tipo de industria, a partir de la experiencia de sus pares colombianos y mexicanos. Este conjunto de actividades contribuye al desarrollo de una nueva industria de alto valor agregado, al mismo tiempo que se da una mejora de servicios para el sector privado que apuntala el crecimiento económico general del país. Desde 1978 a la actualidad, la cooperación sur-sur continúa contribuyendo al desarrollo de los Estados, brindando soluciones y mejorando la vida de sus ciudadanos. A su vez, esta metodología es particularmente adecuada ante los nuevos desafíos climáticos, energéticos y de protección social. No es una forma más de asistencia financiera, sino que incorpora transferencia de conocimientos y tecnologías en pos de enfrentar en conjunto las dificultades que detienen el progreso de los países del Sur. Juntos y con muchas miradas, es posible encontrar las mejores soluciones.
Los huracanes como Irma, que esconden detrás de sus nombres cotidianos una furia inaudita, no sólo se cobran víctimas patentes en vidas humanas, viviendas, puentes y caminos. La víctima silenciosa y poco visible de estos fenómenos meteorológicos extremos es, cada vez más, el desarrollo de los pueblos. Estudios del Banco Mundial señalan que cada año unos 26 millones de personas – el equivalente a la población de Chile y Bolivia combinadas -, caen en la pobreza debido a los desastres naturales. Nadie puede detener un huracán o terremoto, pero sí hay maneras de minimizar sus impactos, como señala en la siguiente entrevista el experto en manejo de riesgos de desastres Joaquín Toro. P: Es muy pronto hablar de impactos más allá de lo que se ve en los medios, pero ¿podrías dar una visión general de los posibles impactos económicos y sociales de huracanes como Irma en el desarrollo de las poblaciones afectadas? R: Este es un punto muy importante. Los desastres impactan a los pobres de una manera mucho mayor, que al resto de la población. Los pobres tienen capacidades de resiliencia mucho menores que las que tienen otros sectores de la población. Hemos visto estudios recientes del Banco Mundial que indican que cada año los desastres están empujando a unos 26 millones de personas a la pobreza. Esto es consecuencia de que algunos viven en zonas de alto riesgo y tienen poca capacidad para recuperarse después de los desastres. Es algo en lo que estamos trabajando, pero aún queda mucho por hacer. En cuanto a lo económico, es muy difícil en estos momentos calcular un número exacto, pero históricamente el Caribe ha sido impactado por huracanes que han causado mucho daño. Por ejemplo, en 1979, el huracán David causó daños de más del 117 % del PIB en pérdidas en Dominica. El huracán Iván, en 2004, causó pérdidas superiores al 200% del PIB en Grenada. Eso es enorme; es más que el ingreso de un país en todo un año lo que se pierde en pocos días. Los desastres severos, además, han tenido un impacto directo y considerable en las condiciones económicas a través de diversos efectos como la reducción de la productividad y déficits presupuestarios, o el aumento de la deuda nacional debido a los costos de reconstrucción. Y, como vimos con el huracán Mitch en 1998, éste causó 30 años de retroceso en el desarrollo de países como Honduras y Nicaragua. P: Dijiste que se está trabajando en esto, ¿quiere decir que ha mejorado la capacidad de resistencia a los desastres naturales, especialmente en el Caribe y Centroamérica? R: Sí. Los países centroamericanos y caribeños han logrado avances significativos en la mejora de sus capacidades de gestión de riesgos de desastres (DRM, por sus siglas en inglés), pero siguen siendo fiscalmente vulnerables a los desastres. La mayoría de los países han promulgado legislación para crear plataformas multisectoriales de manejo de riesgos de desastres. Han elaborado políticas y creado instituciones de coordinación para permitir sistemas más eficientes de gestión de emergencias y alerta temprana. Los planes de contingencia son importantes, pero estos planes tienen que ser claros, no sólo a nivel de gobierno, sino a nivel local. Vemos grandes diferencias, por ejemplo, con las capacidades logísticas en Estados Unidos a raíz de Irma, donde se evacuaron a millones de personas. En los países en desarrollo, aún no podemos evacuar a toda la población. Los sistemas de alerta temprana son muy útiles, pero llegar aún al final de esta cadena es un poco más difícil. P: ¿Cuáles son las infraestructuras más vulnerables cuando hablamos de estos fenómenos extremos? R: Generalmente, las infraestructuras más vulnerables son las de las poblaciones más pobres. Por ejemplo, en el Caribe hay entre 60% y 70% de construcción informal. Las fotos que hemos podido ver de Barbuda, especialmente, nos muestra que las casas han quedado bastante destruidas. En general, esta es una infraestructura bastante vulnerable. También se puede ver la falta de códigos de construcción en otras estructuras como las torres de comunicación. P: Latinoamérica es una de las regiones del mundo más expuestas a riesgos de desastres, ¿cómo incorporar en su agenda de desarrollo, que tiene prioridades más urgentes, un plan de gestión de riesgos que ayude a minimizar el impacto? R: Este es un desafío que no sólo enfrentan las islas del Caribe sino todos los países en desarrollo, ya que hay una gran cantidad de necesidades básicas que tienen que cubrir. La gestión de riesgo no es una actividad en paralelo, sino una que tiene que estar presente en todos los sectores: salud, vivienda, educación, entre otros, para que podamos hacer escuelas más seguras, por ejemplo, o centros de salud que podamos usar luego de los desastres, o carreteras que no causen inundaciones. Una de las cosas que estos países tienen que hacer es, por un lado, poner fin a la generación de nuevos riesgos con una planificación más ordenada, que incorpore información de estos eventos naturales, y por otro, reducir de una manera más sistemática el riesgo que hoy existe, no sólo respondiendo a la emergencia, sino usando mecanismos de protección financiera para ayudar a una recuperación más rápida. Cabe recordar que más del 80% de la población en Latinoamérica vive en zonas urbanas, lo cual aumenta la exposición al riesgo. P: ¿Podrías explicar cuáles son esos ‘mecanismos de protección’ financiera contra catástrofes? R: El trabajo de las instituciones de financiamiento del desarrollo abarca muchas áreas en el tema de los desafíos de los peligros naturales y los efectos de un clima cambiante. En el caso Banco Mundial éste se centra en cinco áreas:Evaluar el riesgo de desastres en los países;Reducir el riesgo mediante medidas de mejoras estructurales y no estructurales, como por ejemplo mejoras en la infraestructura, planificación del uso de la tierra y reglamentación;Facilitar la implementación de medidas de preparación ante desastres como los sistemas de alerta temprana;Desarrollar medidas e instrumentos de protección financiera; y, por último, Promover la reconstrucción resiliente mediante cambios políticos e institucionales. Un ejemplo de un instrumento de protección financiera facilitado por el Banco Mundial es el Mecanismo de Seguros de Riesgo de Catástrofes en el Caribe (CCRIF SPC). Este es un mecanismo de seguro paramétrico que proporciona pagos para ayudar a los países miembros a financiar su respuesta inicial de desastre una vez que se activan ciertas condiciones. De esta manera ayuda a resolver la falta de flujo de efectivo a corto plazo que las pequeñas economías en desarrollo sufren inmediatamente después de grandes desastres naturales. Por ejemplo, como resultado del huracán Irma, este mecanismo entró en vigor la semana pasada para los gobiernos de Antigua y Barbuda, Anguila y St. Kitts y Nevis, por un monto aproximado de US $ 15,6 millones.
Amazonia Live and the Amazon Sustainable Landscapes Program have joined in the largest restoration effort ever made in Brazilian forests Brasília, September 15, 2017- A major initiative for the restoration of degraded areas in the Brazilian Amazon calls for the restoration during the next six years of almost 30,000 hectares, which corresponds to an estimated 73 million trees. This largest-ever forest restoration in Amazonia is the result of a partnership among the Brazilian Ministry of Environment (MMA), the Global Environment Facility (GEF), the World Bank, the Brazilian Fund for Biodiversity (FUNBIO), Conservation International (CI-Brasil), the socioenvironmental initiative adopted by Rock in Rio, and Amazonia Live. Of the 73 million trees, 3 million on 1,200 hectares of the Amazon Forest would already have been restored by the initial contribution from Rock in Rio itself and by CI-Brasil, combined with spontaneous donations by the general public and support from festival sponsors and partners. The additional 70 million are part of the goals of the Amazon Sustainable Landscapes Program, a joint effort by the MMA, GEF, World Bank, FUNBIO, and CI-Brasil to expand the area of the forest being restored, promote sustainable use of natural resources, and strengthen the network of Conservation Units in the Brazilian Amazon. It is anticipated that 28,000 hectares of degraded areas will have been restored under the Amazon Sustainable Landscapes Program by 2023. Different methods will be applied, such as: enrichment of existing secondary forests, seeding of selected native species, conducting and/or fostering natural regeneration and, when necessary, direct planting of native species. The areas selected as priority for the project restoration actions are the southern regions of the states of Amazonas, Rondônia, Acre, and Pará. Amazonia Live was born in 2016 out of the commitment by the Rock in Rio Festival to plant one million trees in the Amazon in partnership with FUNBIO and the Socioenvironmental Institute (ISA) and to publicize the importance of preserving Amazonia in achieving equilibration of the planet. The platform grew rapidly after CI-Brasil entered as a foreign partner, which meant that the number rose to two million trees at the headwaters of the Xingu River, and with the entry of the Amazon Protected Areas Program (APRA) that supported the acquisition of one million seedlings of natural species for use in restoring degraded areas within the Conservation Units in the state of Amazonas. Declarations by the partners “Brazil can no longer live with the old benchmark for environmental degradation. The partnership between the Amazon Sustainable Landscapes Program and Amazonia Live platform is yet another demonstration of the new page we are now writing, with different social actors, united in the cause of restoration of the Amazon forest,” said José Sarney Filho, Minister of the Environment. “The Amazon plays a critical role in global climate regulation as well as in the region’s environmental and economic prosperity, and is the largest biodiversity repository on the planet,” said Naoko Ishii, GEF CEO and Chairperson. “We are uniting for an integrated, coordinated approach and for the sustainable management of a significant portion of the Amazon biome.” “Climate change is a serious threat to world development. With the Amazon Sustainable Landscapes Program, the World Bank is helping Brazil demonstrate that it is possible to preserve the forest, mitigate the impacts of climate change, and at the same time strengthen the local communities. The partnership with Amazonia Live enables us to share those good practices with an even larger public,” said Martin Raiser, World Bank Country Director for Brazil. “For FUNBIO, participating in the first stage of Amazonia Live, in partnership with the Socioenvironmental Institute, has been an outstanding experience. For 21 years now, we have been supporting some of the most important projects in Amazonia, among them the ARPA Program, the world’s largest tropical forest protection initiative. ARPA is now the standard and model for other Latin American countries,” said Rosa Lemos de Sá, secretary general of FUNBIO. “We are fully confident that this effort will produce results. We at the ISA, along with the Xingu Seeds Network, are promoting the planting of 1.5 million trees in degraded areas in the basins of the Xingu and Araguaia Rivers. That is our commitment and we are ready to expand it,” says Adriana Ramos, coordinator of the Socioenvironmental Institute (ISA). “Amazonia is our greatest asset and vital to the well-being of the peoples on our planet. We are running out of time and now is the time for acting together if we are to reverse the history of destruction in the region and write a new chapter for Amazonia in Brazil,” said Rodrigo Medeiros, Vice President of CI-Brasil. “The task is challenging, but it is by working in the spirit of the partnership and in a well-coordinated fashion, as we are doing under this initiative, that we will achieve success.” “For the first time we are adopting a single cause worldwide that will be promoted in all the countries where Rock in Rio is present and will extend through several editions of the event. With this action, we will attract the attention of the whole world to an urgent problem and show that it is possible, especially, to plant hope. We started with one million trees; today we want 73 million. This partnership between Amazonia Live and the Amazon Sustainable Landscapes Program shows that it is worthwhile to dream, that each of us can do our part and together, make the difference,” said Roberto Medina, president of Rock in Rio.For more information, visit: www.amazonialive.com.brwww.mma.gov.brhttp://www.worldbank.org/en/country/brazilwww.funbio.org.brwww.conservacao.org.br www.socioambiental.org/
Amazonia Live e Projeto Paisagens Sustentáveis da Amazônia unidos pela maior recuperação já realizada em florestas brasileiras Brasília, 15 de setembro de 2017— Uma grande iniciativa para a recuperação de áreas degradadas na Amazônia brasileira prevê a recuperação, nos próximos seis anos, de uma área de quase 30 mil hectares, o que corresponde a um número estimado de 73 milhões de árvores. A maior restauração florestal na Amazônia é resultado de uma parceria entre o Ministério do Meio Ambiente (MMA), o Fundo Global do Meio Ambiente (GEF – Global Environment Facility), o Banco Mundial, o Fundo Brasileiro para a Biodiversidade (Funbio), a Conservação Internacional (CI-Brasil), o Instituto Socioambiental (ISA) e a iniciativa socioambiental do Rock in Rio, o Amazonia Live. Deste universo de 73 milhões de árvores, 3 milhões já estavam previamente asseguradas em 1.200 hectares de floresta amazônica, por meio da contribuição inicial do próprio Rock in Rio e da CI-Brasil combinada à doação espontânea do público e pelo apoio de patrocinadores e parceiros do festival. Os 70 milhões adicionais fazem parte das metas do projeto Paisagens Sustentáveis da Amazônia no Brasil, um esforço conjunto do MMA, GEF, Banco Mundial, Funbio e CI-Brasil para aumentar a área florestal sob recuperação, promover o uso sustentável dos recursos naturais e fortalecer a rede de Unidades de Conservação da Amazônia brasileira. No projeto Paisagens Sustentáveis da Amazônia, está prevista a recuperação de 28 mil hectares de áreas degradas até 2023, mediante a utilização de várias técnicas, tais como: enriquecimento de áreas de florestas secundárias já existentes, semeadura de espécies nativas selecionadas, condução e/ou favorecimento da regeneração natural, e, quando necessário, o plantio direto de espécies nativas. As áreas prioritárias escolhidas para as ações de recuperação do projeto são o sul do Amazonas, Rondônia, Acre e Pará. O Amazonia Live nasceu em 2016 com o compromisso do Rock in Rio de plantar 1 milhão de árvores na Amazônia, em parceria com o Funbio e o ISA, e de divulgar a importância da preservação da Amazônia para o equilíbrio do planeta. A plataforma cresceu rápido com a entrada da CI-Brasil como parceiro estratégico, o que fez com que o número chegasse a 2 milhões de árvores na cabeceira do rio Xingu, e com a entrada do Programa Áreas Protegidas da Amazônia (ARPA), que apoiou a produção de 1 milhão de mudas de espécies nativas para recuperar áreas degradadas dentro de Unidades de Conservação do Estado do Amazonas. Declarações dos parceiros “O Brasil não pode mais conviver com a referência passada da degradação ambiental. A parceria entre o Projeto Paisagens Sustentáveis da Amazônia e a plataforma Amazonia Live, promovida pelo Rock in Rio, é mais uma demonstração da nova página que estamos escrevendo, com diferentes atores sociais, unidos pela recuperação da floresta Amazônica. ”, disse o ministro do Meio Ambiente, José Sarney Filho. "A Amazônia desempenha um papel crítico na regulação climática global, bem como na prosperidade ambiental e econômica da região, e abriga a maior biodiversidade do planeta", disse Naoko Ishii, CEO e presidente do GEF. "Estamos nos unindo para uma abordagem integrada e coordenada e para o gerenciamento sustentável de uma parcela significativa do bioma da Amazônia", afirmou. "As mudanças climáticas são uma forte ameaça para o desenvolvimento global. Com o Projeto Paisagens Sustentáveis da Amazônia, o Banco Mundial ajuda o Brasil a demonstrar que é possível preservar a floresta, mitigar os impactos das mudanças climáticas e, ao mesmo tempo, fortalecer as comunidades locais. A parceria com o Amazonia Live nos permite compartilhar essas boas práticas com um público ainda maior”, disse Martin Raiser, diretor do Banco Mundial para o Brasil. “Para o Funbio, foi uma ótima experiência participar da primeira etapa do Amazonia Live, em parceria com o Instituto Socioambiental. Em 21 anos, apoiamos alguns dos mais importantes projetos na Amazônia, entre eles o Programa ARPA, a maior iniciativa de proteção de florestas tropicais do mundo. O ARPA é hoje referência e modelo para outros países da América Latina”, disse Rosa Lemos de Sá, secretária-geral do Funbio. “Estamos muito confiantes de que esse esforço vai dar resultado. Nós do ISA estamos promovendo, junto com a Rede de Sementes do Xingu, o plantio de 1,5 milhões de árvores em áreas degradadas nas bacias dos rios Xingu e Araguaia. Esse é o nosso compromisso e estamos prontos para ampliá-lo", afirma Adriana Ramos, coordenadora do Instituto Socioambiental (ISA). “A Amazônia é nosso maior patrimônio e vital para o bem-estar das pessoas em nosso planeta. Não temos mais tempo e o momento agora é de agirmos juntos para reverter o histórico de destruição na região, escrevendo um novo capítulo para a Amazônia no Brasil” disse Rodrigo Medeiros, Vice-Presidente da CI-Brasil. “A tarefa é desafiadora, mas é trabalhando no espírito da parceria e de maneira bem articulada, como estamos fazendo nessa iniciativa, que alcançaremos êxito”. "Pela primeira vez estamos adotando globalmente uma mesma causa que será promovida em todos os países onde o Rock in Rio está e se estenderá por várias edições do evento. Com esta ação, vamos chamar a atenção do mundo inteiro para um problema urgente e mostrar que é possível plantar, sobretudo, esperança. Começamos com 1 milhão de árvores, hoje almejamos 73 milhões. Essa parceria entre o Amazonia Live e o projeto Paisagens Sustentáveis da Amazônia mostra que sonhar vale a pena, que cada um pode fazer a sua parte e, juntos, fazemos a diferença”, disse Roberto Medina, presidente do Rock in Rio.Para mais informações, visite:www.amazonialive.com.brwww.mma.gov.brhttp://www.worldbank.org/pt/country/brazilwww.funbio.org.brwww.conservacao.org.br www.socioambiental.org/
El 8 de septiembre de 1967 se celebró el primer Día Internacional de la Alfabetización. Para entonces, estar alfabetizado implicaba saber leer, escribir y tener una competencia aritmética básica. No existían los celulares, ni las computadoras personales y no habían nacido aún los creadores de las redes sociales Medio siglo después, seguramente usted está leyendo esto desde la pantalla de su celular, una computadora o una tableta y esta es quizá la mejor imagen para ilustrar que estar alfabetizado implica, por supuesto, saber leer, escribir, sumar, restar, multiplicar, dividir, pero que hay más: involucra seguir el “dictado” de sociedades cada vez más digitalizadas. Con esta premisa, y la convicción de la que las plataformas digitales han ayudado y pueden seguir ayudando a la educación de las personas, la UNESCO celebra hoy el Día Internacional de la Alfabetización planteando una reflexión amplia sobre la enseñanza en un mundo digital. Los avances en la era digital han transformado la vida de millones de personas: las tecnologías de la comunicación han conectado a aquellos que, de no ser por ellas, difícilmente se habrían vinculado; han ayudado a que en segundos tengamos información por la que antes debíamos esperar mucho tiempo; han hecho posible que se ahorren horas y horas de espera para hacer trámites o transacciones y que, incluso, se pueda activar el lavarropas desde la oficina.Alfabetizar en un mundo digitalizado Muchas de estas transformaciones no son exclusivas de países desarrollados. El Informe de Desarrollo del Mundial 2016, del Banco Mundial, señala que en los países en desarrollo, por ejemplo, son más los hogares que poseen un teléfono móvil que los que tienen acceso a agua limpia. “El total de usuarios de Internet se ha triplicado con creces en una década, de 1,000 millones en 2005 a una cifra estimada de 3,200 millones a fines de 2015. Esto significa que las empresas, las personas y los gobiernos están más conectados que nunca”, apunta el estudio. Para 2016, el 65% de la población mundial tenía acceso a un celular, según un reporte de la Consultora GSM Asociation. De acuerdo con cifras de ese mismo informe, para 2015, en América Latina, 441 millones de personas (el 70% de la población) contaba con un celular y más de 300 millones de personas estaban suscritas a servicios de internet móvil. Sin embargo, las ventajas de vivir en la era digital, no son para todos. El reporte del Banco Mundial hace énfasis en la brecha digital que existe: “Internet ha crecido rápidamente, pero su acceso no es en ningún caso universal. Por cada persona que tiene conexión de banda ancha de alta velocidad, cinco no la tienen. Unos 4.000 millones de personas, casi la mitad de la población mundial, no tienen acceso a Internet; cerca de 2.000 millones aún no usan un teléfono celular y casi 500 millones viven en zonas donde no hay señal de telefonía móvil”. Entonces, el debate no es sólo sobre qué significa estar alfabetizado hoy, sino cómo las nuevas tecnologías pueden colaborar en el proceso de alfabetización y convertirse en cómplices de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) en materia de educación y, más aún, ¿cómo sustituir la brecha digital por una oportunidad digital que merme las desigualdades y nos ayude a avanzar a sociedades más alfabetizadas? “Estas nuevas tecnologías brindan nuevas y amplias oportunidades para mejorar nuestra vida y conectarnos a escala mundial, pero también pueden marginar a quienes carecen de las competencias esenciales, como la alfabetización, que se precisan para utilizarlas”, afirma Irina Bokova, directora general de UNESCO en su mensaje con motivo de este día.¿A quiénes se refiere Bokova? A los que han podido ir a la escuela, que usan internet durante varias horas al día, quizás les cueste creer que Bokova está hablando de 758 millones de adultos en el mundo que aún no saben leer y escribir. Y no se trata sólo de adultos y personas de la tercera edad que no tuvieron acceso a la educación primaria. También existen 263 millones de niños en edad de cursar la enseñanza primaria y secundaria que no están recibiendo educación escolar. Asimismo, se refiere a unos 102 millones de jóvenes, entre 15 y 24 años de edad, de los cuales casi el 60% son mujeres, según cifras del Instituto de Estadística de UNESCO. Las cifras en América Latina son optimistas. La base de datos del Banco Mundial señala que entre la población que tiene entre 15 y 24 años, sólo 2% no está alfabetizado y que el 92% de la población mayor de 15 años puede leer y escribir ¿Qué podría ayudar al 8% restante? ¿Qué podría ayudar a los países que tiene cifras más críticas? Las tecnologías de la información y comunicación (desde las redes sociales hasta los juegos) pueden ponerse al servicio de la alfabetización. Según Bokova, las herramientas digitales pueden contribuir a ampliar el acceso al aprendizaje y mejorar su calidad. Tienen el poder de mejorar el seguimiento de los progresos en materia de alfabetización, de facilitar la evaluación de las competencias y de aumentar la eficiencia de la gestión y la gobernanza de los sistemas de enseñanza de competencias. El Banco Mundial apoya con prestar asistencia y asesoramiento técnico a los países para ayudarlos a planificar, implementar, monitorear y evaluar sus esfuerzos para introducir y mantener el uso de la tecnología en la educación. Al mismo tiempo, está trabajando en investigar y documentar las experiencias que funcionan y las que no, pues la falta de evidencia rigurosa complica los intentos para elaborar políticas eficaces de educación mediante nuevas tecnologías de la comunicación y la información. Los expertos insisten en que la alfabetización es necesaria no sólo en términos de comunicación básica, sino también para que las personas adquieran más competencias y así puedan servirse del potencial de las nuevas tecnologías para prosperar y tener más oportunidades laborales en un futuro donde las habilidades tecnológicas serán cada vez más demandadas.
WASHINGTON, 7 de septiembre de 2017 – El Presidente del Grupo Banco Mundial, Jim Yong Kim, realizó la siguiente declaración mientras el huracán Irma arrasaba con el Caribe oriental, continuando su trayectoria devastadora a través del mar Caribe: “Enviamos nuestra simpatía y solidaridad a los habitantes del Caribe oriental y a todos aquellos que todavía pueden verse afectados por el huracán Irma. Nos hemos comunicado con el gobierno de Antigua y Barbuda ofreciendo apoyo inmediato para evaluar los daños y pérdidas, responder al desastre y ayudar a comenzar la recuperación. Nuestro personal sobre el terreno, tanto en República Dominicana como Haití, ya está trabajando de manera estrecha con agencias nacionales y socios en el desarrollo para mejorar el nivel de preparación y brindar una respuesta oportuna. Es muy pronto aún para conocer el impacto total de la tormenta, dado que la situación todavía se está desarrollando. Sin embargo, desastres como estos nos recuerdan la necesidad de ayudar a los países a desarrollar su capacidad de resistir estos "shocks" cada vez más frecuentes”.Desde 1980, ocho países en el Caribe han sufrido un desastre natural con un impacto económico mayor al 50 por ciento de su PIB anual: Antigua y Barbuda, Dominica, Granada, Guyana, Haití, Jamaica, Santa Lucía y San Cristóbal y Nieves.Actualmente, el Banco Mundial apoya a los países caribeños en temas de gestión de riesgos ante desastres y adaptación al cambio climático con una cartera activa de inversiones de US$383 millones.Para conocer el trabajo del Banco Mundial en América Latina y el Caribe visite: www.bancomundial.org/alcVisítenos en Facebook: http://www.facebook.com/bancomundialManténgase informado via Twitter: http://www.twitter.com/BancoMundialLACNuestro canal de YouTube: https://www.youtube.com/user/alcregion2010/videos
WASHINGTON, September 7, 2017 – World Bank Group President Jim Yong Kim made the following statement as Hurricane Irma ripped through the Eastern Caribbean and continued its devastating path across the Caribbean Sea: “Our sympathy and solidarity go to the people of the Eastern Caribbean and to all those who may still be affected by Hurricane Irma. We’ve reached out to the government of Antigua and Barbuda and offered immediate support to assess damages and loss, respond to the disaster and help begin recovery. Our staff on the ground in the Dominican Republic and Haiti are already working closely with the national agencies and development partners to improve preparedness and deliver a timely response. It’s too early to know the full impact of the storm as the events are still unfolding. However, disasters like this remind us of the need to help countries build greater resilience against ever-more frequent shocks”. Since 1980, eight countries in the Caribbean experienced a disaster event with an economic impact of over 50 percent of their annual GDP: Antigua and Barbuda, Dominica, Grenada, Guyana, Haiti, Jamaica, Saint Lucia and Saint Kitts and Nevis.The World Bank is currently supporting Caribbean countries on disaster risk management and climate change adaptation with an active investment portfolio of US$383 million. Learn more about the work of the World Bank in Latin America and the Caribbean: www.worldbank.org/lacVisit us on Facebook: http://www.facebook.com/worldbankBe updated via:Twitter: @WBCaribbeanYouTube: http://www.youtube.com/worldbank
Originally published by the Jamaican Observer. OVER 9,000km from her native Bulgaria, World Bank Country Manager Galina Sotirova is steeped in the challenges and opportunities of developing nations like Jamaica. Sotirova joined the bank in 1994 as a human development specialist and was a former country manager in Burkina Faso, and country operations advisor for the Caribbean before moving to Jamaica in July 2015. She also worked in Nigeria, Macedonia and Poland, the Ukraine, Belarus and Russia. Her on-the-job experiences have included working in specialist areas like pension reform and health, and she has lived in countries where there was “constant turmoil and social unrest, shootings and coups”. Her graduate degrees in international relations, economics and public policy from the University of Sofia, Johns Hopkins University SAIS, and the London School of Economics prepared her technically, but it is her “hands-on work in social and economic development that is most fulfilling”, she confesses. Sotirova says that her current position in Jamaica allows her to “contribute to an overall programme that the bank has for a country rather than a particular sector — to work with governments and stakeholders to develop strategies based on issues being faced”. A major focus of the country strategy for Jamaica, she said, is growth and the reduction of vulnerabilities, hence projects that seek to increase youth employment and empowerment, reduction of crime and enhanced safety. But, she says, the World Bank does not simply design and implement projects and not look back. “We are constantly evaluating our project results and asking pertinent questions — are we doing the right thing? Is there something we need to be doing more of? We’re constantly looking for the best model.”
¿Qué tienen en común Colombia, Ruanda, Burundi y Etiopía? A primera vista, nada, pero estos cuatro países están entre los principales productores de café en el mundo. Y en los últimos años han intercambiado experiencias para producir un grano de más sabor, a la vez que cuidan el medioambiente y hacen que los cultivos sean sostenibles en el largo plazo. Esto es solo un ejemplo de lo que se puede lograr a través de la cooperación Sur-Sur, ese intercambio de conocimiento entre Estados que permite compartir y replicar experiencias, generando un aumento en sus capacidades institucionales. Pero, ¿puede realmente esto resolver los problemas relacionados a la pobreza y al desarrollo económico? Los países participantes de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cooperación Técnica entre los Países en Desarrollo aprobaron en 1978 un plan de acción que buscaba resolver esa incógnita. Las naciones instaron a promover la cooperación técnica entre los países del Sur, lo cual potenciaría, de forma sostenible, el crecimiento económico de la región. La posibilidad de asistencia entre países tan disímiles y con realidades tan complejas parecía un inmenso desafío. Sin embargo, y a pesar de la gran diversidad de culturas, climas y tradiciones que recorren el Sur global, los estados hablan un mismo idioma a la hora de promover su desarrollo sustentable. Con la ayuda de instituciones internacionales como el Banco Mundial, la OCDE y Naciones Unidas (entre otros), se ha mejorado la eficiencia de estos programas a través del acceso a la financiación y a recursos técnicos especializados. Hoy, en el día internacional de la Cooperación Sur-Sur, las enseñanzas y aprendizajes entre diferentes naciones siguen generando conocimiento. Tan solo en los últimos 7 años, el Banco Mundial ha auspiciado 216 programas de cooperación por casi 14 millones de dólares. A su vez, agencias de las Naciones Unidas como la OIT, el PNUD y el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola destinan importantes recursos económicos para fomentar el intercambio entre este grupo de países. También, actores estatales destinan una parte de su presupuesto para este tipo de cooperación: India dedicó entre 2012 y 2017 alrededor de 15.000 millones de dólares para la ayuda de Estados en desarrollo. Con el apoyo de las instituciones internacionales, la cooperación Sur-Sur se ha convertido en un mecanismo para hacer frente “desde adentro” a los retos del desarrollo. Las habilidades y soluciones que proponen este conjunto de países resultan más fáciles de replicar para sus socios y pares. A la vez que se mejoran los indicadores económicos, se genera un vínculo de aprendizaje mutuo y se posibilita compartir experiencias positivas y soluciones. A lo largo de estas casi cuatro décadas, los proyectos de colaboración han abarcado una gran diversidad de temas. Por ejemplo, en 2014 los gobiernos de Argentina y Uruguay trabajaron en conjunto con los funcionarios de Marruecos para mejorar el estado de sus rutas y caminos, formulando un conjunto de buenas prácticas a implementar con el fin de reducir costos de transporte. De esta manera, la economía marroquí potenció su acceso a los mercados y a los servicios, aumentando el nivel de empleo y fortaleciendo la economía del país. Gracias a este intercambio, las exportaciones de Marruecos cuentan con ventajas similares a las que tiene el transporte de productos agropecuarios rioplatenses, al tiempo que se mejora la calidad de vida de los habitantes y se propician nuevas oportunidades económicas. Estos acuerdos de intercambio y cooperación también se dan ante tendencias que afectan a todo el planeta, como la automatización en el mercado laboral. Los gobiernos de Colombia y México han trabajado junto con las autoridades de Nicaragua para avanzar hacia la transformación económica y social del país, a través de la promoción de la ciencia, tecnología, innovación y emprendedurismo. Al mismo tiempo que se desarrollan proyectos de infraestructura digital con la ayuda del Banco Mundial, este intercambio de conocimiento busca impulsar el sector tecnológico nicaragüense generando un crecimiento sostenible mientras a través de un incremento de la productividad, competitividad y la creación de empleos de calidad. Así, oficiales nicaragüenses se capacitan en el desarrollo de oportunidades de incentivos a este tipo de industria, a partir de la experiencia de sus pares colombianos y mexicanos. Este conjunto de actividades contribuye al desarrollo de una nueva industria de alto valor agregado, al mismo tiempo que se da una mejora de servicios para el sector privado que apuntala el crecimiento económico general del país. Desde 1978 a la actualidad, la cooperación sur-sur continúa contribuyendo al desarrollo de los Estados, brindando soluciones y mejorando la vida de sus ciudadanos. A su vez, esta metodología es particularmente adecuada ante los nuevos desafíos climáticos, energéticos y de protección social. No es una forma más de asistencia financiera, sino que incorpora transferencia de conocimientos y tecnologías en pos de enfrentar en conjunto las dificultades que detienen el progreso de los países del Sur. Juntos y con muchas miradas, es posible encontrar las mejores soluciones.
Los huracanes como Irma, que esconden detrás de sus nombres cotidianos una furia inaudita, no sólo se cobran víctimas patentes en vidas humanas, viviendas, puentes y caminos. La víctima silenciosa y poco visible de estos fenómenos meteorológicos extremos es, cada vez más, el desarrollo de los pueblos. Estudios del Banco Mundial señalan que cada año unos 26 millones de personas – el equivalente a la población de Chile y Bolivia combinadas -, caen en la pobreza debido a los desastres naturales. Nadie puede detener un huracán o terremoto, pero sí hay maneras de minimizar sus impactos, como señala en la siguiente entrevista el experto en manejo de riesgos de desastres Joaquín Toro. P: Es muy pronto hablar de impactos más allá de lo que se ve en los medios, pero ¿podrías dar una visión general de los posibles impactos económicos y sociales de huracanes como Irma en el desarrollo de las poblaciones afectadas? R: Este es un punto muy importante. Los desastres impactan a los pobres de una manera mucho mayor, que al resto de la población. Los pobres tienen capacidades de resiliencia mucho menores que las que tienen otros sectores de la población. Hemos visto estudios recientes del Banco Mundial que indican que cada año los desastres están empujando a unos 26 millones de personas a la pobreza. Esto es consecuencia de que algunos viven en zonas de alto riesgo y tienen poca capacidad para recuperarse después de los desastres. Es algo en lo que estamos trabajando, pero aún queda mucho por hacer. En cuanto a lo económico, es muy difícil en estos momentos calcular un número exacto, pero históricamente el Caribe ha sido impactado por huracanes que han causado mucho daño. Por ejemplo, en 1979, el huracán David causó daños de más del 117 % del PIB en pérdidas en Dominica. El huracán Iván, en 2004, causó pérdidas superiores al 200% del PIB en Grenada. Eso es enorme; es más que el ingreso de un país en todo un año lo que se pierde en pocos días. Los desastres severos, además, han tenido un impacto directo y considerable en las condiciones económicas a través de diversos efectos como la reducción de la productividad y déficits presupuestarios, o el aumento de la deuda nacional debido a los costos de reconstrucción. Y, como vimos con el huracán Mitch en 1998, éste causó 30 años de retroceso en el desarrollo de países como Honduras y Nicaragua. P: Dijiste que se está trabajando en esto, ¿quiere decir que ha mejorado la capacidad de resistencia a los desastres naturales, especialmente en el Caribe y Centroamérica? R: Sí. Los países centroamericanos y caribeños han logrado avances significativos en la mejora de sus capacidades de gestión de riesgos de desastres (DRM, por sus siglas en inglés), pero siguen siendo fiscalmente vulnerables a los desastres. La mayoría de los países han promulgado legislación para crear plataformas multisectoriales de manejo de riesgos de desastres. Han elaborado políticas y creado instituciones de coordinación para permitir sistemas más eficientes de gestión de emergencias y alerta temprana. Los planes de contingencia son importantes, pero estos planes tienen que ser claros, no sólo a nivel de gobierno, sino a nivel local. Vemos grandes diferencias, por ejemplo, con las capacidades logísticas en Estados Unidos a raíz de Irma, donde se evacuaron a millones de personas. En los países en desarrollo, aún no podemos evacuar a toda la población. Los sistemas de alerta temprana son muy útiles, pero llegar aún al final de esta cadena es un poco más difícil. P: ¿Cuáles son las infraestructuras más vulnerables cuando hablamos de estos fenómenos extremos? R: Generalmente, las infraestructuras más vulnerables son las de las poblaciones más pobres. Por ejemplo, en el Caribe hay entre 60% y 70% de construcción informal. Las fotos que hemos podido ver de Barbuda, especialmente, nos muestra que las casas han quedado bastante destruidas. En general, esta es una infraestructura bastante vulnerable. También se puede ver la falta de códigos de construcción en otras estructuras como las torres de comunicación. P: Latinoamérica es una de las regiones del mundo más expuestas a riesgos de desastres, ¿cómo incorporar en su agenda de desarrollo, que tiene prioridades más urgentes, un plan de gestión de riesgos que ayude a minimizar el impacto? R: Este es un desafío que no sólo enfrentan las islas del Caribe sino todos los países en desarrollo, ya que hay una gran cantidad de necesidades básicas que tienen que cubrir. La gestión de riesgo no es una actividad en paralelo, sino una que tiene que estar presente en todos los sectores: salud, vivienda, educación, entre otros, para que podamos hacer escuelas más seguras, por ejemplo, o centros de salud que podamos usar luego de los desastres, o carreteras que no causen inundaciones. Una de las cosas que estos países tienen que hacer es, por un lado, poner fin a la generación de nuevos riesgos con una planificación más ordenada, que incorpore información de estos eventos naturales, y por otro, reducir de una manera más sistemática el riesgo que hoy existe, no sólo respondiendo a la emergencia, sino usando mecanismos de protección financiera para ayudar a una recuperación más rápida. Cabe recordar que más del 80% de la población en Latinoamérica vive en zonas urbanas, lo cual aumenta la exposición al riesgo. P: ¿Podrías explicar cuáles son esos ‘mecanismos de protección’ financiera contra catástrofes? R: El trabajo de las instituciones de financiamiento del desarrollo abarca muchas áreas en el tema de los desafíos de los peligros naturales y los efectos de un clima cambiante. En el caso Banco Mundial éste se centra en cinco áreas:Evaluar el riesgo de desastres en los países;Reducir el riesgo mediante medidas de mejoras estructurales y no estructurales, como por ejemplo mejoras en la infraestructura, planificación del uso de la tierra y reglamentación;Facilitar la implementación de medidas de preparación ante desastres como los sistemas de alerta temprana;Desarrollar medidas e instrumentos de protección financiera; y, por último, Promover la reconstrucción resiliente mediante cambios políticos e institucionales. Un ejemplo de un instrumento de protección financiera facilitado por el Banco Mundial es el Mecanismo de Seguros de Riesgo de Catástrofes en el Caribe (CCRIF SPC). Este es un mecanismo de seguro paramétrico que proporciona pagos para ayudar a los países miembros a financiar su respuesta inicial de desastre una vez que se activan ciertas condiciones. De esta manera ayuda a resolver la falta de flujo de efectivo a corto plazo que las pequeñas economías en desarrollo sufren inmediatamente después de grandes desastres naturales. Por ejemplo, como resultado del huracán Irma, este mecanismo entró en vigor la semana pasada para los gobiernos de Antigua y Barbuda, Anguila y St. Kitts y Nevis, por un monto aproximado de US $ 15,6 millones.