Más de 43 millones de personas sufren hambre en América Latina y el Caribe, el 6,5% de la población. Casi 248 millones tienen inseguridad alimentaria moderada o grave. El segundo de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) es poner fin al hambre, lograr la seguridad alimentaria y la mejora de la nutrición y promover la agricultura sostenible para 2030. Para trabajar en esa dirección, que requiere la coordinación de la comunidad internacional, los países iberoamericanos aprobaron en la XXVIII Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno, celebrada el 25 de marzo de 2023 en Santo Domingo, la Ruta crítica para alcanzar una seguridad alimentaria incluyente y sostenible en Iberoamérica, un documento que describe la posición de la región frente a uno de los desafíos más importantes en su camino hacia el desarrollo sostenible y propone soluciones concretas. “Erradicar el hambre y asegurar el acceso de todas las personas a una alimentación sana, nutritiva y suficiente es un desafío global en el que Iberoamérica tiene la posibilidad de tomar un liderazgo importante”, asevera el Secretario General Iberoamericano, Andrés Allamand.
Este especial de Somos Iberoamérica lo dedicamos a esa necesaria seguridad alimentaria. Así, la Secretaria de Seguridad Alimentaria y Nutricional de Guatemala, Mireya Palmieri Santisteban, detalla en esta tribuna la situación de su país en ese tema y entra en sus causas. Porque en América Latina y el Caribe, Guatemala tiene la mayor prevalencia de desnutrición crónica en la niñez menor de 5 años, un índice en el que ocupa el sexto lugar a nivel mundial.
Por su parte, la directora del Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas para América Latina y el Caribe, Lola Castro, apunta en una entrevista en exclusiva para el portal cómo la falta de cosechas y de alimentos es una de las causas principales de la migración desde el sur hacia el norte del continente americano. “Pedimos a la UE que recupere la seguridad alimentaria como prioridad y vuelva a la cooperación tradicional con la región”, señala.
La voz indígena y sus propuestas en cuanto a los territorios ligados a una alimentación, saberes y resiliencia al cambio climático, se pueden encontrar en las las respuestas de Alberto Pizarro, Secretario Técnico del Fondo para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas de América Latina y del Caribe, Filac, que cuenta de la relación entre lenguas, conocimiento ancestral y soluciones a problemas globales.
Y dado que un 70 por ciento de los alimentos del mundo los produce la agricultura familiar, las pequeñas y medianas explotaciones donde la innovación tecnológica tiene menos penetración, entramos en este reportaje sobre AgTech en el potencial que tiene poner la tecnología al servicio de mejores y más sostenibles producciones agrícolas. “El problema no es la falta de tecnología, sino su distribución; lo que hay que mejorar es el acceso”, advierte Gabriel Ferrero, embajador de España en Misión Especial para la Seguridad Alimentaria.
Con el objeto de aunar tecnología y la innovación en el camino hacia el hambre cero, contamos la experiencia de los laboratorios de innovación de la SEGIB el pasado noviembre en Perú. En este texto recogemos cómo, con las soluciones ideadas desde la ciudadanía, se consigue una deshidratadora de baja tecnología que prolonga la vida de los productos agrícolas y les aporta, además, valor añadido.
Pero la seguridad alimentaria no sólo requiere que los alimentos estén disponibles y aporten nutrición, sino también que sean seguros. Con esa premisa, Chile, Cuba y la Unión Europea pusieron en marcha una iniciativa que mejora los niveles de sanidad animal en la isla. La contamos aquí.
Otro de los temas a trabajar es la sostenibilidad. De eso trata el trabajo realizado por el Gobierno de Alemania en el proyecto Del campo al plato con Costa Rica y República Dominicana, dos casos de éxito de Cooperación Sur Sur y Triangular.
Y si hablamos de sostenibilidad hay también que mirar al mar, donde las especies esenciales para la pesca comercial y la subsistencia –y por tanto para el suministro de alimentos a escala mundial– sufren los mayores descensos conocidos hasta ahora. “Los océanos saludables y la preservación de las especies marinas que los habitan aportan soluciones naturales para la resiliencia climática y la seguridad alimentaria de la región”, destaca Yacqueline Montecinos, coordinadora del proyecto Corredor Azul del Pacífico Oriental de World Wild Foundation (WWF). En este reportaje explicamos por qué es decisiva la salud de los océanos para el objetivo de erradicar el hambre y el papel fundamental que desempeña el gran animal marino: las ballenas.