Sara Valdez: “Quisiéramos que en 2025 se haga realidad el pacto birregional de cuidados América Latina – UE”

Técnica de la Alianza Global por los Cuidados

Sara Valdez: “Quisiéramos que en 2025 se haga realidad el pacto birregional de cuidados América Latina – UE”

En Colombia, este año, se van a reunir 60 gobiernos de América Latina y el Caribe y la Unión Europea. Hay una gran expectativa de lograr que se apruebe un acuerdo para promover sistemas integrales de cuidados. México, España, ONU Mujeres y la Alianza, entre otros, promueven la consolidación de un marco conjunto para poner el cuidado en el centro. 

Sara Valdez, de Alianza Global por los Cuidados, habla en esta entrevista sobre el derecho al cuidado y sobre colocar los cuidados en el centro. 

En un año Camila Valdez llevó al pediatra a su hijo, esperó en la guardia por una fiebre alta y le dio la mano cuando lloró asustado por el arreglo de una carie en el sillón de la odontóloga. En un año Matías, el papá, estaba en la oficina en el horario de las citas médicas y la noche de la fiebre tenía otro plan porque no le tocaba, salvo el día de la caída en futbol que terminaron en urgencias para sacarle una radiografía de la rodilla. En un año Guillermo compartió con Iris una excursión en la sierra y pasó el fin de semana largo de campamento mientras su mamá, Sofía, estudiaba para rendir un examen. Sofía, durante esos meses, organizó por chat los regalos de todos los compañeros del grado, recolectó el dinero para el día de la maestra, fue a hacer la compra de frutas y verduras y se sentó a ver el cuaderno por si hacía falta algún útil para la escuela o había que preparar disfraces o meriendas especiales.

El aporte de los cuidados tiene precio: un aporte de 11 billones de dólares

En la vida de casi todas las madres la lista de obligaciones se multiplica y, cuando pueden delegar las tareas, hacer la lista también es una obligación. No es una queja, un desahogo o una lista más. Es una recarga de tareas que demuestra que ellas dedican tres veces más tiempo al trabajo de cuidados (no remunerado) que ellos. Las mujeres realizan el 75% de las tareas de cuidado, según la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Pero no solo es una labor con un alto valor social, emocional, cultural, sino que tiene número en la lista del Producto Interno Bruto (PIB) mundial: 9%. El aporte de cocinar, acompañar, curar, contener, transportar, limpiar, ordenar, leer, gestionar, organizar, cambiar, alimentar, comprar, festejar, jugar, enseñar, estimular, acompañar tiene precio: un aporte de 11 billones de dólares.

La Alianza Global por los Cuidados es una organización que surgió, en el 2021, en el marco del Foro Generación Igualdad como un compromiso del gobierno de México, a través del (en ese momento) Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres), creado en el 2001. Veinte años después, a partir de la llegada a la presidencia de Claudia Sheinbaum, se elevó el rango jerárquico de las políticas de género a Secretaría de las Mujeres -con Citlalli Hernández al frente- y la creación de un Sistema Nacional de Cuidados como uno de sus objetivos centrales. Pero, desde sus inicios, hace cuatro años, el segundo co- gobierno de España convocante de la alianza fue ONU Mujeres.

La Alianza Global por los Cuidados es una comunidad, una plataforma global, encargada de impulsar la agenda de cuidados. Se maneja a través de una gobernanza tripartita donde está la asamblea general que representa a los más de 250 integrantes de la alianza. Hay un comité de gestión, que es un cuerpo de nueve integrantes, que representan a las dos organizaciones co- convocantes -el gobierno de México y ONU Mujeres– y otras organizaciones integrantes que representan la multisectorialidad de la alianza como la Confederación Sindical Internacional; la Alianza Internacional de Trabajadoras Domésticas; Equipo Latinoamericano de Género y Justicia (ELA), de Argentina, que representa a la sociedad civil.

El gobierno de España también conforma este comité de gestión. Y además participan Ciudades y Gobiernos Locales Unidos (CGLU), en representación de organizaciones internacionales y el Fondo Semilla que representa al sector de la filantropía. El cuerpo de nueve integrantes es el encargado de dar una guía estratégica a las acciones que se realizan en el marco de la alianza. El tercer órgano es el secretariado técnico que conforman seis personas y que es la parte operativa. Sara Valdez, oficial de programas en Alianza Global por los Cuidados, como parte del secretariado técnico, resalta: “Necesitamos sistemas de cuidados transformadores, con perspectiva de género y de derechos humanos que tengan financiamiento público, que sean progresivos, que sean universales, que sean interseccionales, que tengan un enfoque contextual y que pongan en el centro el derecho al cuidado”.

¿Cómo impactó la pandemia en la conciencia sobre la importancia de cuidar y ser cuidados?

El tema de los cuidados es una agenda que se ha puesto sobre la mesa desde hace más de dos décadas por las organizaciones y economistas feministas. Sin embargo, es a partir de la pandemia y de esta crisis de cuidados, que realmente se valoriza de una manera mucho más amplia. Todas las personas, al estar encerradas en sus casas, vieron que las trabajadoras de los cuidados remuneradas ya no podían asistir y la sobrecarga recayó sobre las mujeres en sus domicilios que tenían que cuidar a hijas, hijos y hacer labores del hogar. También se vislumbró cómo era una cuestión con un sesgo de género muy marcado porque las mujeres eran las que llevaban esta sobrecarga en el trabajo de cuidado y los hombres no participaban.

Necesitamos sistemas de cuidados transformadores, con perspectiva de género y de derechos humanos que tengan financiamiento público y sean progresivos, universales, interseccionales, tengan un enfoque contextual y pongan en el centro el derecho al cuidado.

¿Qué pasó con las enfermeras, las cuidadoras en geriátricos y residencias o las trabajadoras de casas particulares?

Por el lado del trabajo de cuidado remunerado las trabajadoras de los cuidados del sector salud y del sector del hogar aumentaron sus labores de una manera desmedida a la vez que no contaban con protección porque muchas de ellas trabajan en la informalidad.

En el 2020/2021 los niños/as aparecían en las conferencias de sus padres, los hombres entendían cómo era estar 24/7 con los hijos, las familias a valorar a quién limpia los platos y hace las compras. ¿Cómo se transformó esa visibilidad cotidiana en proyectos de organización más justa del cuidado?

Se empezó a dar una visibilidad al tema de los cuidados mucho más amplia. Para que los cuidados cambien tenemos que transitar hacia una organización social de los cuidados justa en materia de género y en materia social. Y para que esto se logre tiene que haber diversos actores que son el Estado, al centro de esta corresponsabilidad, pero también en el sector privado, las comunidades, los hogares, las familias y los hombres. Al momento que esta agenda se adopta se empieza a valorizar y muchos gobiernos toman el tema porque América Latina es la región que impulsa la agenda de los cuidados.

¿Cuáles son las diferencias entre Europa y América Latina?

España tiene muy claro la cuestión feminista de los cuidados. Es algo muy importante a lo que, si no se mete la veta feminista y del género, acabamos otra vez de feminizando los cuidados y familiarizando los cuidados. Desde América Latina se lanza una agenda para liberar el tiempo de las mujeres. En muchos casos las mujeres realizan trabajo dentro de sus casas y eso no les permite desarrollarse ¿Por qué? Porque si yo tengo una hija, por mi rol de género, no puedo salir a trabajar; no puedo continuar estudiando y tengo que quedarme a cuidar en casa. Entonces esa diferencia es central. La veta feminista y de redistribución de estas tareas entre los géneros es algo que se pone al centro de América Latina. ¿Para qué? Para liberar el tiempo de las mujeres. Cuando las mujeres logren liberar su tiempo, van a poder desarrollarse en muchos ámbitos y también van a poder ejercer su derecho al cuidado.

¿Cuáles son los sistemas integrales de cuidados latinoamericanos que son tomados como modelos?

Son los países de América Latina los que inician el diseño o la implementación de sistemas integrales de cuidados. El primer país es Uruguay. Hay otros países que están trabajando: Costa Rica, República Dominicana, Colombia, México y Chile. Ahora hay políticas, pero en México y Chile se está diseñando un sistema de cuidados porque se tienen políticas actualmente sectorizadas. Dominicana ya lo aprobó. Y Brasil ya votó por la creación de una ley. El Estado tiene que transversalizar las políticas. En una instalación de progresividad Colombia, México, Chile, están partiendo de acciones que tienen con infancias, personas adultas mayores, personas con discapacidad, para poder integrar todo esto en un sistema integral que es un paso más allá de las políticas públicas sectorizadas o desligadas.

Uruguay es hoy un ejemplo en la implementación de sistemas integrales de cuidados

¿Qué es el derecho al cuidado?

El derecho al cuidado es el derecho que todas las personas tenemos a cuidar, a recibir cuidados y también a ejercer el auto cuidado. Hay instrumentos que ya lo reconocen como la Convención Interamericana de Personas Adultas Mayores. También el Compromiso de Buenos Aires, que fue aprobado en 2022, en la Conferencia Regional de la Mujer y fue adoptado por los países que conforman la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL). El derecho al cuidado ya está reconocido por varios gobiernos e instrumentos legales. Ahora necesitamos ver cómo se van a realmente implementar políticas y sistemas de cuidados transformadores.

¿Qué pasa con los sectores regresivos y anti derechos que plantean un retroceso conservador o, incluso, el fenómeno en redes sociales de las tradwife como una moda de mujeres ultra ama de casa y al servicio de los deseos y demandas de sus novios o esposos?

Tenemos una gran parte de sectores organizados y gobiernos que se están volcando al retroceso de los derechos sociales. Es un doble reto. ¿Cómo luchamos contra estos movimientos? ¿Cómo peleamos para que no se sigan familiarizando y feminizando el trabajo de los cuidados?

Hay personajes públicos, como Elon Musk, que se quejan de la baja en la tasa de la natalidad pero que no priorizan invertir en cuidados sino en limitar los derechos sexuales y reproductivos. ¿Cómo puede la inversión en cuidados preservar el derecho a tener hijos y no limitar los deseos de las mujeres?

En el caso de Estados Unidos habían invertido, en conjunto con el Banco Mundial y Canadá, una fuerte cantidad de dinero en un programa muy grande de cuidado de infancias, Child Care (centros de cuidado infantil) pero con alguna intención de desfeminizar porque había un sector feminista muy fuerte, en el gobierno de Estados Unidos, durante la administración de (Joe) Biden. Vamos a ver qué pasa ahora.

¿Se pueden establecer consensos en relación a los cuidados para que sean políticas públicas de largo plazo sin que queden atrapados por la lógica de la alternancia electoral?

Hoy se corre el riesgo de que se detengan los avances, que se implementen acciones que sigan feminizando el cuidado y que haya malos entendidos con esta agenda. Es muy necesario hacer pedagogía global de qué es una política de cuidados transformadora que tenga en el centro el enfoque de género y de derechos humanos para avanzar hacia un desarrollo sostenible. Por eso, desde la Alianza Global por los Cuidados, el año pasado, en noviembre, en conjunto con otras nueve organizaciones, Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY); Coalición  por el Derecho al Cuidado Digno y Tiempo Propio de las Mujeres; Conferencia Interamericana de Seguridad Social (CISS); Cooperación Técnica Alemana (GIZ), en México; Fundación Friedrich Ebert (FES), en México; Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres); ONU Mujeres; Organización Internacional del Trabajo (OIT) y Oxfam México (OMX) organizamos un encuentro nacional de cuidados y lanzamos un decálogo donde se establecen los elementos transformadores que debe tener un sistema de cuidados.

¿Cuáles son las bases del decálogo de cuidados?

El decálogo establece como principios irrenunciables que debe ser una política que tenga al género y a los derechos humanos en el centro y que sea interseccional para tener en cuenta a las personas con discapacidad, los adultos mayores, la ruralidad y la diversidad sexo genérica. Se establece que debe existir un financiamiento sostenido y progresivo para la agenda de cuidados.

¿En un contexto de mucha crueldad qué impacto tiene revalorizar el cuidado?

Se habla del cuidado del medioambiente y de los cuidados comunitarios a cargo de personas que cuidan los saberes, los bosques, las selvas, el agua y los recursos.

¿Cómo se llega a este paradigma social del cuidado en el centro?

Hay un cambio de paradigma que se introdujo, en el 2022, en la Conferencia Regional de la Mujer, en Buenos Aires, que es la sociedad del cuidado. Este nuevo rumbo implica que pongamos al centro el cuidado de las personas y del planeta al centro de la agenda y esto implicaría un cambio en las relaciones sociales, en las relaciones económicas, en las tradiciones políticas, etcétera. En la Conferencia de la Mujer en 2025, el mandato que trae la CEPAL y ONU Mujeres, es: ¿cómo vamos a llegar a esta sociedad de los cuidados? Van a ser discusiones interesantísimas que se llevarán a cabo en agosto, en México.

Hay que posicionar los cuidados como una obligación del Estado y garantizar este derecho

¿La perspectiva de un pacto birregional de cuidados entre Unión Europea y América Latina se encamina a concretarse?

Buscamos que este pacto se haga realidad. Con la CEPAL; ONU Mujeres; la Fundación EU-LAC; los gobiernos de Colombia, de México, de España; la sociedad civil y la Alianza estamos apoyando este logro. El objetivo es que en la IV cumbre CELAC-UE, que se llevará a cabo en 2025, en Colombia, y reunirá a 60 jefes de Estado y de gobierno de América Latina, el Caribe y la Unión Europea, se adopte este pacto birregional de cuidados. Desde la Alianza Global, de 2022 a 2023, realizamos cinco diálogos, que iniciaron en 2022 y concluyeron a finales de 2023. Se tuvo un intercambio de sistemas y políticas de cuidados y escribimos un documento muy práctico para que las personas tomadoras de decisiones de diversos sectores pudieran consultar.

¿Qué implica el derecho al cuidado?

Hay que posicionar los cuidados como una obligación del Estado y garantizar este derecho. Las mujeres tienen una sobrecarga. Toda la sociedad puede arropar a los cuidados y decir: “si hay una organización social justa de los cuidados nos beneficia a todos. Nos beneficia a hombres, nos beneficia a mujeres, nos beneficia a todas las personas de la diversidad sexo genérica”. Hay que poder generar un cambio de narrativa para generar un entendimiento masivo de qué son los cuidados.

¿Qué pasa con las migrantes que se ocupan de los cuidados de las personas de los países a los que migran?

Hay cadenas globales de cuidados en materia de migración. Para América Latina es una cuestión que va de sur a norte porque algunas de las personas que dejan sus países de residencia migran hacia Estados Unidos, Canadá y Europa para suplir esta demanda de cuidados. Ahí entra la interseccionalidad de los cuidados. ¿Por qué? Porque tú como gobierno tienes la responsabilidad ejercer acciones para que las personas puedan ejercer su derecho a migrar con rutas seguras y, cuando tú sales de tu país de origen para llegar a tu país de destino, a trabajar en el sector de los cuidados, el Estado también tiene la obligación de regular que estas personas, la mayoría mujeres, se inserten en espacios laborales decentes. Porque gran parte de las personas que migran para prestar servicios de cuidados fuera de sus países de origen llegan a un sector informal con un salario bajo, sin seguridad social, sin otras prestaciones como vacaciones, jubilación, etcétera. ¿Qué pasa con las familias de las mujeres que migran? ¿Qué pasa con sus hijos? Se dejan al cuidado de tías, de abuelas y se vuelve a feminizar el trabajo.

 ¿Cuáles son las proyecciones de la organización?

En 2024 tuvimos un proceso participativo, con más de 130 organizaciones para aprobar las prioridades estratégicas 2025/2030. Tenemos un marco de cinco años con prioridades diseñadas con vertientes en la incidencia multilateral; acciones de aprendizaje; comunicación para los cuidados y la sostenibilidad de la alianza.

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