Ingeniera química y doctora en Nanociencia y Nanotecnología, Susana Arrechea, lleva con su iniciativa New Sun Road Guatemala electricidad e Internet a las aldeas indígenas del país centroamericano con un modelo en el que las mujeres de comunidades rurales son las administradoras.
La reciente Premio Princesa de Girona Internacional 2024 en la categoría CreaEmpresa —que reconoce a jóvenes de América Latina que hayan destacado por su trabajo y sus méritos en el ámbito del emprendimiento, la empresa o la investigación “de manera extraordinaria y ejemplar”— responde a Somos Iberoamérica por correo electrónico.
¿Qué impacto ha observado en las comunidades rurales al conectarlas con recursos que normalmente solo están disponibles en las ciudades, como el acceso a Internet y la energía solar?
La introducción de electricidad e Internet en las comunidades rurales ha transformado la vida de las personas. Los Centros Comunitarios Digitales (CCD) no solo proporcionan acceso a tecnología, sino que también han reducido el tiempo de viaje necesario para realizar trámites gubernamentales y han creado nuevas oportunidades económicas, especialmente para las mujeres. Hemos visto un aumento significativo en la participación de las mujeres en actividades económicas locales, como la gestión de servicios digitales y la creación de pequeños negocios basados en la energía solar, lo que les otorga mayor independencia económica. Así mismo vemos una mayor participación de la mujer en decisiones comunitarias, ya que ellas lideran los CCD.
¿Cómo cree que los territorios pueden beneficiarse de una mejor conexión entre ciudad y entorno rural en términos de desarrollo económico, cultural o de innovación?
Una mejor conexión entre el ámbito urbano y el rural puede fomentar mayores oportunidades de recursos productivos y educativos. En términos de innovación, el acceso a la tecnología en áreas rurales puede desencadenar soluciones locales innovadoras para problemas comunitarios, permitiendo que estas comunidades participen activamente en la economía digital y contribuyan a la creación de conocimiento, sin perder su identidad cultural. En nuestro caso esperamos que puedan conectar y aprender a defender sus derechos individuales y colectivos como pueblos originarios. También les puede servir para encontrar nuevos mercados y canales de distribución de sus productos a precios adecuados incluyendo la facilidad de esos aliados que pueden ayudarles con estos temas, tanto de gobierno como iniciativa privada y ONGs.
¿Qué barreras específicas ha encontrado al intentar reducir las brechas digitales en comunidades rurales, y cómo las ha superado?
Una de las principales barreras ha sido la resistencia cultural a que las mujeres lideren los proyectos tecnológicos. Algunas aldeas prefieren no tener acceso a estos recursos antes que permitir que las mujeres tomen un rol activo. Para superar esto, hemos integrado capacitaciones sobre masculinidades positivas y trabajado con los hombres de las comunidades para cambiar la percepción del liderazgo femenino, lo que ha resultado en un cambio positivo en las actitudes hacia el género.
¿Cómo logra que los proyectos de centros comunitarios digitales respeten y promuevan las culturas locales, como los idiomas mayas, mientras se integra tecnología moderna?
Es fundamental que los proyectos respeten la cosmovisión y los conocimientos locales. En los CCDs, las capacitaciones se imparten en los idiomas mayas locales por mujeres indígenas que han destacado y son ejemplo a seguir para otras mujeres que posteriormente lideran esta iniciativa en su comunidad en comunicación con autoridades locales. Además, nuestra visión es promover el uso de la tecnología no solo para acceder a información externa, sino también para preservar y compartir la sabiduría y las tradiciones mayas con el mundo.
Usted subraya que el mayor impacto de su trabajo ha sido cambiar las perspectivas de las mujeres y niñas en cuanto a su capacidad de tomar decisiones, algo que considera incluso más valioso que los aspectos tecnológicos del proyecto. ¿Cómo ha influido su iniciativa en el empoderamiento de las mujeres en las comunidades rurales? ¿Se puede hablar de un cambio en las dinámicas de poder?
El empoderamiento de las mujeres ha sido uno de los mayores logros del proyecto. Las mujeres han pasado de tener un rol pasivo a uno más activo en sus comunidades. Este liderazgo permite activar los CCDs, generar ingresos y tomar decisiones importantes. Esto ha cambiado las dinámicas de poder en las familias y en la comunidad en general. En algunas comunidades en donde los hombres, que antes veían con escepticismo el liderazgo femenino o que una mujer pudiese gestionar la tecnología, ahora aceptan y respetan a las mujeres como iguales en la toma de decisiones.
¿Cómo se garantiza la sostenibilidad a largo plazo de estos centros digitales?
La sostenibilidad se garantiza mediante la formación de comités de lideresas que gestionan los CCDs. Estas mujeres reciben capacitación en habilidades administrativas y financieras, lo que les permite generar ingresos a través de los servicios que ofrecen en los centros. Además, trabajamos estrechamente con socios locales y organismos internacionales para asegurar un financiamiento continuo y sostenible.
Aún queda mucho camino por recorrer, pero hemos tenido grandes aprendizajes y algunas de las comunidades ya son totalmente sostenibles e independientes de nosotros.
¿Busca expandir el modelo a otros países? ¿Qué factores considera al elegir nuevos territorios para ampliar su proyecto?
Sí, estamos explorando la expansión del modelo a otros países. Los factores clave incluyen la necesidad de acceso a energía e Internet en áreas rurales, la disposición de las comunidades locales para adoptar estas tecnologías, y la existencia de aliados estratégicos en el lugar que puedan facilitar la implementación del proyecto de manera efectiva.
¿Cómo visualiza el futuro de las comunidades rurales con acceso a tecnología e Internet? ¿Cree que esto cambiará radicalmente la dinámica entre lo rural y lo urbano en los próximos años?
Visualizo un futuro en el que las comunidades rurales no solo se integren a la economía digital global, sino que también se conviertan en centros de innovación local. Esto cambiará la dinámica entre lo rural y lo urbano, ya que las comunidades rurales estarán más empoderadas, autosuficientes y atractivas para las nuevas generaciones, cerrando gradualmente las brechas existentes.
En especial sueño con niñas y niños de áreas rurales desarrollando trabajos cerca de sus comunidades.
