De todos los Objetivos de Desarrollo Sostenible, el de las alianzas para lograr los objetivos, como su nombre lo indica, es sobre el que recae el mayor peso de aterrizar la Agenda 2030 y transformar nuestro mundo en positivo. Se aproxima más a la herramienta que a la meta; más al “cómo” que al “qué”.
El ODS 17 hace palpable aquel llamado a la acción, al movimiento y al enfoque holístico que envuelve toda la Agenda 2030. Es el objetivo que evidencia nítidamente que estamos destinados a entendernos y trabajar conjúntame bajo una motivación común, reconociendo que, aún en las diferencias propias de la diversidad y pluralidad, todos los actores e intereses somos parte de un mismo esfuerzo.
“El crecimiento económico por sí solo no se traduce automáticamente en el progreso del desarrollo humano[1]”. En un mundo cada vez más interconectado e interdependiente, alcanzar un verdadero desarrollo sostenible e inclusivo implica afrontar nuevos desafíos globales ligados a los procesos de cambio y transformación que todos los países estamos experimentado a escala mundial.
La aceleración y profundización de las dinámicas de la globalización nos debería predisponer, hoy más que nunca, a abordar mancomunadamente acciones de forma coordinada y consensuadas en beneficio de nuestras sociedades presentes y futuras.
La Agenda 2030 imprime un cambio de ciclo, un salto cualitativo en la búsqueda del desarrollo. Admite, sobre todas las cosas, que la única manera de progresar es a través de una colaboración profunda, continua y dinámica de la sociedad. Una concepción holística en la que ninguna tarea es independiente y ningún objetivo contradice a otro.
“Los ODS suponen un avance teórico del concepto de desarrollo global. El enfoque multidimensional de los objetivos y las metas refleja una interdependencia entre múltiples ámbitos que generan desarrollo humano”[2]
“La estructura multinivel y multiactor que demanda la Agenda 2030 es una en la que la Comunidad Iberoamericana ha avanzado mucho”
La experiencia de Iberoamérica
La estructura multinivel y multiactor que demanda la Agenda 2030 es una en la que la Secretaria General Iberoamericana (SEGIB) y el Sistema Iberoamericano hemos avanzado mucho.
No es nuevo para nosotros pensar en colectivo, construir y mantener alianzas. Somos un organismo internacional integrado por los 22 países que conforman la comunidad iberoamericana, 19 de América Latina y 3 de la Península Ibérica.
Nuestra organización es reflejo de una comunidad construida por la gente, por los actores sociales y económicos a través de los intercambios, las migraciones, los afectos, el comercio y las inversiones, y por la suerte de compartir junto con una gran cantidad de lenguas locales y dos de las grandes lenguas internacionales: el español y el portugués.
En un mundo tan polarizado, es un logro extraordinario para nosotros haber alcanzado recientemente 26 Cumbres Iberoamericanas de Jefes de Estado y de Gobierno. Veintiséis espacios de diálogo y búsqueda de consensos entre ministros, líderes indígenas, gobiernos locales, empresarios y distintos representantes de la sociedad civil.
Creo que podemos dar fe de cómo la búsqueda de acuerdos estratégicos basados en valores y principios afines, pero también en la pluralidad y diversidad de nuestro espacio, contribuyen notablemente a superar retos comunes y mejorar la vida de nuestros ciudadanos.
La Cooperación Iberoamericana es una de las mayores plataformas de cooperación horizontal en el mundo, no por su monto, pero sí por su naturaleza y funcionamiento: una cooperación de igual a igual, voluntaria, solidaria, enfocada en resultados, basada en las necesidades y las capacidades particulares de cada uno de los países.
Es una cooperación distinta, que rompe con el paradigma vertical de la asistencia para construir relaciones más simétricas, basadas en la convicción de que no hay país tan rico que no tenga nada que aprender, ni país tan pobre que no tenga nada que aportar. Todos tenemos una contribución que hacer en nuestro camino hacia un desarrollo global más inclusivo y sostenible.
Ante los grandes retos que implican los ODS, Iberoamérica tiene la particular ventaja de contar con este andamiaje institucional, un andamiaje que nos permite constantemente ampliar los espacios de interacción y de alianzas de todos los actores relevantes de la región.
1 Informe sobre Desarrollo Humano 2013. El ascenso del Sur: Progreso humano en un mundo diverso. Publicado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
2 Iberoamérica y los Objetivos de Desarrollo sostenible. Secretaría General Iberoamericana (SEGIB).