La Agenda 2030 exige ir dando forma a las estrategias que se van a seguir para poder lograr las 169 metas establecidas en los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), que guiarán el futuro inmediato del mundo. Si en los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), el foco estuvo más centrado en la erradicación de la pobreza, con los ODS, el enfoque es más integral y, con ello, también se plantea una noción más amplia del concepto de desarrollo, lo que hace de la cultura un componente esencial, al ser entendida ahora como cultura para el desarrollo.
Con el propósito de analizar cuáles son las fortalezas y limitaciones abiertas con este nuevo paradigma, la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) celebró el martes 18 de abril unas jornadas de debate con el título «Cultura y Desarrollo», que convocó a actores de distintas instituciones, con el fin de dialogar sobre cuáles será los próximos retos y qué espacios tendrá la cultura para adquirir un papel protagonista en la construcción del nuevo paradigma.
En ese sentido, en el programa de presentación de la jornada, se señala la importancia que ha de tener la cultura en la aprobación de políticas: «La construcción de las políticas de desarrollo debe incorporar el prisma de la cultura y la diversidad cultural como condición necesaria para la obtención de resultados. Esto posiciona la cultura, entendida desde el respeto y salvaguarda de las tradiciones y las identidades y desde su potencial en la generación de ingresos, en un lugar central dentro de las estrategias de desarrollo».
La jornada fue inaugurada por el Director de la AECID, Luis Tejada, y se organizó en cuatro mesas, en las que se expusieron distintos casos exitosos de políticas culturales. La primera mesa, titulada «Cultura y Diversidad», presentó el caso de las bibliotecas iberoamericanas; la segunda, «Cultura y participación social», de las iniciativas ciudadanas; la tercera, «Cultura y medios de vida», se centró en la experiencia de la Casa Tomada en El Salvador; y la cuarta y última, «Cultura en la prevención de la violencia y en los procesos de paz», en el Proyecto de conservación de las bibliotecas de manuscritos antiguos de Chinguetti, Mauritania.