El efecto Thunberg: los jóvenes se vuelven defensores del medioambiente

La activista sueca de 16 años, Greta Thunberg ha hecho de la concienciación por el cambio climático, su principal objetivo. Llega a la COP25 en un catamarán desde Estados Unidos.

El efecto Thunberg: los jóvenes se vuelven defensores del medioambiente

La activista sueca de 16 años, Greta Thunberg, se ha transformado en todo un referente en la lucha contra el cambio climático para los jóvenes.

Desde que empezara una protesta diaria frente al parlamento de su país para alertar sobre las consecuencias del cambio climático, su lucha tuvo un efecto llamada a miles de jóvenes. Un respaldo que podrá comprobarse con su asistencia a la Cumbre del Clima en Madrid.

      El viaje de Greta

Tanta repercusión tuvieron las palabras de la joven activista, que al poco tiempo de anunciarse la nueva edición de la Cumbre por el Clima COP25, la joven pensó en desplazarse de una manera sostenible.

Desde Virginia, Estados Unidos, y con ayuda de un equipo que la respalda, Thunberg inició las gestiones para viajar hacia Europa y asistir en Madrid a la COP25.

La proeza ha sido un verdadero trabajo en equipo: los navegantes australianos Riley Whitlum y Elayna Carausu, pusieron su catamarán a disposición y el pasado 13 de noviembre partieron con Greta hacia Lisboa.  Al equipo australiano se sumó el padre de Greta, Svante Thunberg y la navegante profesional Nikki Henderson.

Una vez llegue la activista a Lisboa, la Junta de Extremadura le dejará, si así lo desea, un coche eléctrico para que pueda desplazarse de Lisboa a Madrid.

       Inspiración para jóvenes

Greta Thunberg ha sido una fuente de inspiración para los estudiantes que comenzaron a reunirse en los “Fridays for Future”, mítines en los que miles de jóvenes de todo el mundo, en cientos de ciudades y pueblos, se concentraron frente a las instituciones públicas, para llamar la atención sobre la degradación ambiental.

Esta protesta ha ido ganando apoyos entre otros colectivos, como las Madres por el Clima, que durante 2019 lanzaron la campaña “Pequeños gestos, grandes cambios”, con la que pedían no consumir más de cinco minutos de agua caliente por día, apagar todos los equipos electrónicos y no usar el ascensor los viernes.

Otros países iberoamericanos se unieron a la acción, como es el caso de Uruguay, donde los estudiantes han exigido que se reduzca el consumo de plástico al mínimo indispensable, o en Chile, que inicialmente iba a ser sede de la Cumbre del Clima COP 25, donde un día al mes se ha llamado a apagar las luces durante una hora.