La Cooperación Iberoamericana se ha convertido en un referente del modelo Sur-Sur. En contraste con el tradicional esquema Norte-Sur, basado en una ayuda condicionada no siempre definida por la población destinataria, la Cooperación Sur-Sur (CSS) se asienta en un sistema horizontal y equitativo, donde los propios países receptores establecen sus necesidades, en una asociación entre iguales basada en principios de diálogo y solidaridad. Si bien, ¿cuáles son los límites de este modelo? ¿Hasta dónde llega su alcance?
Voces
Se trata de un modelo exportable, hemos acumulado experiencias, capacidades y confianza
La Cooperación Iberoamericana no solo es pionera sino que lidera la materia a nivel internacional
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OPINA: Enrique Maruri, Director de Oferta de Cooperación de APC-Colombia
http://https://www.youtube.com/watch?v=Mz_SlJ_s8qU&feature=youtu.be
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OPINA: Jorge Balbis, Director Ejecutivo de Asociación Latinoamericana de Organizaciones de Promoción al Desarrollo, A.C.- ALOP
Sin lugar a dudas la Cooperación Sur-Sur y Triangular (CSSyT) Iberoamericana se ha convertido en los últimos años en una práctica sumamente productiva en términos de proyectos y acciones, como consistente en cuanto a sus fundamentos teóricos, el mejoramiento de sus mecanismos de seguimiento, sistematización y evaluación de sus resultados. Lo mismo puede decirse respecto de su efectividad como generadora y fortalecedora de capacidades; instancia de colaboración y articulación; e impulsora de la integración regional.
En este sentido, el esfuerzo desplegado por los gobiernos de los países de la región junto con la SEGIB para multiplicar y diversificar las iniciativas, fortalecer capacidades institucionales y metodológicas, por ejemplo a través del Programa Iberoamericano de Fortalecimiento de la Cooperación Sur-Sur, también deben mencionarse como logros muy meritorios en la materia. Igual podemos decir respecto del Informe de la Cooperación Sur-Sur en Iberoamérica, verdadera referencia internacional respecto de esta práctica.
Para las Organizaciones de la Sociedad Civil (OSC) de la región, entre las que se cuenta ALOP, a todo ello se agrega el contenido de muchas de las iniciativas de la CSSyT Iberoamericana, especialmente valiosas en términos humanitarios (como las “misiones” de médicos cubanos en Venezuela, Brasil o Ecuador), de apoyo al esclarecimiento de la verdad sobre violaciones de derechos humanos (como el apoyo de Argentina a Bolivia para la identificación de personas desaparecidas durante las dictaduras militares), o la atención de catástrofes naturales y emergencias humanitarias como lo ocurrido con Haití a principios del 2010 y para la reconstrucción del país desde entonces, etc.
Por todo ello es posible afirmar que la CSSyT Iberoamericana no solo es pionera sino que lidera en la materia a nivel internacional y por lo tanto, podría servir de ejemplo o pauta en términos conceptuales, metodológicos y operativos para otras regiones del mundo con similares demandas en términos de desarrollo y parecida voluntad de cooperar horizontalmente entre los países que las conforman.
Todo ello teniendo en cuenta que, por más exitosa y valiosa que pueda resultar la experiencia iberoamericana de CSSyT, siempre existirán condicionantes locales que facilitarán o no la posible “exportación” y adaptación del modelo iberoamericano a otras regiones, como ser, por ejemplo, la condición -con una sola excepción- de tratarse de una cooperación entre países de Renta Media y Alta; o la existencia de aceitados mecanismos y programas para el fomento de su práctica como los mencionados antes, y que no necesariamente existen en otras regiones.
Pero más allá de lo que puedan pesar condiciones concretas para la posible “exportación” del modelo iberoamericano de CSSyT a otras regiones en términos de prácticas o recursos aplicados, lo que sí podría hacer desde ya la comunidad iberoamericana es ofrecer su colaboración a otras regiones interesadas en aprender de su experiencia para promover y fortalecer esta modalidad de cooperación en aspectos tales como: principios y criterios que la orientan, desarrollo de capacidades, ejemplos de marcos institucionales y fórmulas de articulación, buenas prácticas, mecanismos para la identificación y sistematización de casos e información, etc.
Y sobre todo, discutir con otras regiones y países con capacidades y necesidades similares los fundamentos políticos de la CSSyT tal como se practica en Iberoamérica, no con el ánimo de imponer, sino de contribuir a desarrollar un discurso y una narrativa compartida desde el Sur sobre las virtudes de esta “otra” cooperación respecto de la tradicional. Ello no solo ayudará a la propia Comunidad Iberoamericana y a otras regiones a perfeccionar su argumentación sobre la naturaleza “diferente” de la CSSyT -debiendo sin duda también atender para ello a los señalamientos sobre los que comúnmente es objeto como modalidad emergente de cooperación, mismo de parte de las OSC-, sino que supondrá una contribución para un mayor y mejor conocimiento de las potencialidades y beneficios que pueden derivarse de esta modalidad en los debates y foros internacionales sobre la Cooperación Internacional para el Desarrollo (CID).
En síntesis, más allá de las posibilidades reales de “exportar” un eventual modelo Iberoamericano, de lo que sí estamos seguros es que la región cuenta con el reconocimiento internacional para promover una discusión seria y fundamentada a partir de su experiencia, para el bien de su práctica de la CSSyT y en beneficio de una real reconceptualización de la CID, tanto en términos de sus fundamentos, como de los objetivos que la orientan, las modalidades con que se aplica y los mecanismo con que se miden sus resultados.
Argumentos a tener en cuenta
- La Cooperación Sur-Sur responde al esfuerzo común de los pueblos y países del Sur que, a partir de experiencias compartidas y en base a lazos de solidaridad y objetivos comunes, plantean un modelo de cooperación que respete la soberanía nacional, libre de cualquier condicionalidad.
- La Cooperación Horizontal Sur-Sur Bilateral es una modalidad de Cooperación Sur-Sur en la que dos países en desarrollo intercambian recursos o experiencias. Como en el modelo general, en este intercambio no existe condicionalidad y la interlocución se realiza en igualdad de condiciones.
- El aumento de proyectos basados en Cooperación Sur-Sur y el debate creciente en diversos foros ha provocado que se haya convertido en un modelo de referencia, que se asocia a una mayor democratización y horizontalidad en el marco del sistema internacional.
- Si bien, a pesar de esa presencia en foros, todavía no hay un consenso internacional acerca del alcance y las implicaciones de la Cooperación Sur-Sur como modelo. Una ausencia que ha dificultado la tipología de las distintas estrategias utilizadas, la medición de resultados y la comparación entre experiencias.
Documentos de interés
- Informe de la Cooperación Sur-Sur para Iberoamérica, Secretaría General Iberoamericana (SEGIB).
- Compartiendo experiencias. Cooperación Sur-Sur para la Reducción de Riesgos de Desastres en el Caribe, PNUD.
- Good Practices in South-South and Tringular Cooperation for Sustainable Development, United Nations Office for SouthSouth Cooperation (UNOSSC).
Bibliografía
- Prado-Lallande, J. P. (2012): “La cooperación triangular en América Latina, análisis y propuestas”, en Latin American Journal of International Affairs, Vol. 4, nº 2, pp. 30-61.
- Sanahuja, J.A. (2011): “Entre los Objetivos de Desarrollo del Milenio y la cooperación sur-sur. Actores y políticas de la ayuda al desarrollo en América Latina y el Caribe”, en Pensamiento Iberoamericano, nº 8, pp. 195-222.
- Tassara, C. (2013): “La cooperación Sur-Sur de Colombia entre liderazgo y desafíos”, en Cooperación, comunicación y sociedad. Escenarios europeos y latinoamericanos, pp. 1-66.
Otros recursos